top of page

Cómo aprovechar el otoño para tu realización

  • Foto del escritor: María Cad
    María Cad
  • 20 mar 2019
  • 6 Min. de lectura

Nuestro camino personal no es un camino lineal, porque es un camino del alma y ella no se rige por almanaques forzados de la era feudal-capitalista, sino que está muy relacionada con los ciclos de la naturaleza. ¡Hola!: No sos una máquina, sos un ser humano, evolucionaste en este planeta a su ritmo y él al tuyo.


Antes de que la vida de oficina, fábrica y cemento (apenas 200-300 años) nos aislara del silencio, las plantas y sobre todo del sol, estábamos más sintonizados con estos ciclos. Cada parte del año se celebraba y se relacionaban con tareas en los cultivos y las casas. Por ejemplo, Navidad nació celebrando que pasó la noche más larga del año en el hemisferio norte. Pascua nació allí también festejando que la luz había vencido a la noche en la primavera y por ello el año astrológico inicia también en su primavera europea (Aries).


Cómo aprovechar los ciclos de la naturaleza

Te voy a dar el ejemplo del duraznero. Es necesario tener el panorama completo del círculo para captar lo que se nos escapa en el falso camino lineal-ascendente que impone el almanaque gregoriano y el exitismo-consumista.


En primavera

La planta florece y se carga de hojas, para empezar a aprovechar al máximo los días calentitos y con buen sol. Y para que se produzca la polinización y el fruto con la semilla nueva alcancen a madurar antes de los fríos que podrían matarla. La savia, la energía, empieza a subir. Las personas cuidan mucho las plantas en este momento ya que una helada tardía puede matar las flores y así no habría cosecha. El pulso de energía y piel nos pone con ganas de emprender nuevos proyectos (amorosos, laborales, etc.)


En verano

Prácticamente todos los recursos de la planta están dedicados a alimentar el fruto/semilla. Y es cuando está en su mayor plenitud. Toda la savia está arriba (ramas, hojas, frutos). Estamos más alegres, activos, salimos hasta tarde, invadimos las plazas como palomas. Pero nos tenemos que cuidar de chamuscarnos y del exceso de calor. Al igual que las plantas, es más necesario regar/tomar agua y mantener la buena alimentación.


En otoño

El fruto/semilla madura, la sabia empieza a bajar. Se cosecha y se administra la cosecha: se guarda, se hacen conservas, mermeladas, escabeches, confituras, etc. Pero también se evalúa si se cosechó bueno y en la cantidad deseada y porqué:

  • ¿Por causas externas?: ¿heló, cayó granizo, pasó algo que no tenía previsto, tuve una experiencia traumática o de shock, o pasó algo que tuve que dirigir mis energías a otra cosa y no a mi propio proyecto vital?

  • ¿Por causas propias?: La tierra perdió nutrientes a lo largo de las temporadas, la planta está perdiendo fuerza, no presté atención a lo que sembré ni cómo lo alimenté, dejé mi campo-vida en automático, no hice nada luego del granizo.

Luego tengo que preparar el nuevo ciclo: si no obtuve una buena cosecha y ví lo que falta, tengo que planificar lo que haré en otoño e invierno para mejorar el suelo y la planta.


En invierno

La savia está abajo, la planta parece muerta, pero el labrador la conoce y trabaja en ella, haciendo lo que se puede hacer cuando hay menos energía arriba: podar, abonar, nutrir, mover el suelo alrededor, reordenar el riego. Todo esto mejora el suelo, la capacidad de nutrirse y la dirección y potencia del crecimiento de la planta. Esto es más que necesario si has tenido muchas cosechas malas seguido: es hora de un invierno en serio, embarrarte las manos y los pies.


Estos momentos son muy valiosos. Nadie puede estar todo el tiempo para afuera, haciendo haciendo haciendo, sin cargar pilas, sin detenrerse a recobrar rumbo o evaluar si la vida está siendo lo que su alma vino a hacer. Nadie. Pero nos han vendido una vida 100% arriba y duros, y tratar de estar ahí nos lleva a la locura (neurosis, adicciones, depresión, estrés).





Tips para una ceremonia de otoño:

El objetivo de las ceremonias es poner fuera lo que es adentro y ordenar afuera para ordenar adentro. Es la Ley de Correspondencia en acción. Vamos a evaluar la cosecha y poner un objetivo para nutrir el resto del año. ¡Vamos!


Tomate un momento para estar tranquila. No hace falta que lo hagas todo junto el mismo día, ya que la primera vez puede llevarte un poco más de tiempo, pero estoy segura que desde hace unos días (o años) estas cosas te vienen dando vueltas por la cabeza:

  • Vas a escribri en dos papeles lo que has obtenido hasta ahora en la vida haciendo lo que venías haciendo. La cosecha buena y la cosecha mala. Vas a poner todo: como te ha ido en las relaciones (familia, amores, amigos), en el trabajo, en las finanzas, en los estudios, en las salidas, en amor propio, etc. Preguntate si es lo que querías obtener o te salió algo (o todo) para el traste. Si podés anotá como te sentís sobre esto, no tengás reparos en escribir todo: frustración, alegría, felicidad, desmotivada, enojada, triste, furiosa. En serio, nadie va a leer el papel, vos nomás. Largá todo.


  • Después vas a agarrar otra hoja y vas a escribir lo que querés en la vida. Todo, todo lo que querés en cada área: tu casa, tus compañías, tus seres queridos, tu rol con ellos y en la sociedad, tu trabajo y tu rol en el, tu éxito profesional, tus hobbies o actividades fuera del trabajo, tus estudios, tus viajes, tus salidas, etc etc etc.


  • Hasta acá bien simple, lo de siempre, ¿no?. PEEEROOOOOO te voy a pedir algo que nadie te ha pedido hasta ahora: ¿Cómo te sientes con esos deseos? Surgen los “si, pero”. Ojo que somos expertos en saltarlos y hacer lo que nos parece que hay que hacer. No! Detenete en los peros y anotá todo lo que salga. Todo. Llevá el papel con vos a todos lados estos días y seguí anotando todo todos los peros.


  • Después sentate a ver esos peros. Fijate también como te sentís con tantas metas. Es hora de que te preguntes ¿Es realmente lo que quiero en mi vida? Porque la mayor parte de estas metas son implantadas, no son nuestras, no son lo que nuestra alma vino a hacer y a veces ni siquiera tienen que ver con nuestros talentos. Son acuerdos sociales y familiares que a veces te ahogan y te convierten en un zombi.

  • Si no es lo que querías realmente, no te hagas problema. Vamos a poder hacer algo con esto.

  • Si realmente es lo que querés de verdad en la vida, los peros te van a mostrar dónde te autoboicoteás repetidamente, donde te encariñaste con la piedra, con la jaula, con la estaca y la soga (buscate el cuento del elefante atado).


  • Ahora fijate quien sos ahora, dónde estás ahora, qué cualidades y talentos tenés ahora gracias a hacer buscado esas metas, haber pasado logros y frustraciones, gracias a esos peros también. Para dejar partir lo que ya no sirve, hay que agradecer lo que nos ha dejado: mayor fuerza, mayor compromiso con ser quien soy y meterme sólo en lo que me hace bien, etc.


  • Y ahora mi parte favorita: quemar lo que no va más. Vas a tomar la hoja de las cosechas malas, la de las metas que te alejan de vos (si identificaste que no son tus metas reales tuyas) y los peros. No los quemes así nomás como un fósforo. Tenés que decirle al fuego que estás entregando todo eso que no querés más y al observar cómo se quema imaginar que salen de vos nubes o papeles que se queman en ese fuego.


  • Vas a conservar el papel de tus sueños y metas y lo vas a poner en un lugar que sientas que estás nutriendo. Puede ser la maceta de tu planta favorita o tu altar personal. Cada vez que riegues o abones tu planta o le hagas una poda, vas a estar simbólicamente nutriendo tu sueño o reenfocando tus acciones para ir hacia él.


Recordá que para una cosecha nueva y abundante tenés que vaciarte, desprenderte de ramas muertas o del exceso de trabajo, mover lo que haga falta para tener oxígeno, nutrirte de buenas relaciones, buenos consejos y buenas historias y sobre todo sembrar lo que realmente querés cosechar.

Commenti


© 2018 por María Cad a través de Wix.com

bottom of page